jueves, 21 de enero de 2010

Música de m....

Aunque no me considero un audiófilo, desde siempre me ha gustado mucho la música y he intentado tener un buen equipo musical para escuchar la música con la mejor calidad posible.


Actualmente sigo con los mismos intereses y sigo buscando los altavoces y auricualres que mejor me permitan escuchar mi música tanto en casa con en la calle, sometiéndome a las limitaiones de presupuesto de una familia normal, es decir no puedo gastarme 10.000 euros o más en un equipo de alta fidelidad como si pueden hacer algunos conocidos mios.


De todas mis pruebas he logrado obtener algunas recomendaciones. Los Etymotic hf2 son los mejores auriculares con cable y micrófono que mejor relación caliidad/precio ofrecen al usuario del iPhone y si quieres auriculares también con micrófono pero Bluetooth, los Sennheiser MM400 son algo caros pero con muy buena calidad y cómodos de llevar.


Pero esta "pequeña" obsesión por la calidad musical ha tropezado con mis hijos. De su padre han heredado el gusto por la música, que oyen a todas horas, pero desde luego no el interés por oirla bien.


Su opcion favorita es cargar por Bluetooth la canción en cuestión a su teléfono móvil (o se la pasa un amigo/a) y ponerla a todo volumen en el altavoz de este dispositivo.


Si de por si estos altavoces no son lo que podemos considerar de alta fidelidad, al ponerlos a todo volumen para poder oir la música la pérdida de calidad se multiplica.


Punto uno: al ingeniero que decidió poner un altavoz de m… en los móviles deberían llevarle al paredón junto al inventor del márketing telefónico.


No es de extrañar por tanto que la música actual se base en comprimir el sonido para saturar invariablemente el altavoz y el oído. ¿Se imagina alguien escuchando a Mozartz, Beethoven o Debussy o simplemente cualquier tipo de música suave por esos altavoces? Yo no.


Punto dos: Junto a los anteriores en el paredon poner a los productores que mezclan la música saturando el espectro auditivo y condenando a muerte a los sonidos bajos.


No se si te has fijado, pero de un tiempo a esta parte la música que se vende (por suerte hay mucha otra música pero no se vende ni la décima parte) no tiene ni un pasaje suave. Toda va saturada. Parece una carrera a ver quien grita mas alto. ¿O es así?. Me comentaba un amigó que trabajó en el departamento de alta fidelidad de unos grandes almacenes que para convencer a un cliente que un equipo era mejor que otro bastaba con poner el primero un poco más alto, que conscientemente no se notara el aumento de volumen, aunque si inconscientemente. El usuario confunde ese mayor volumen con una mayor calidad y ¡zas! equipo vendido.


Naturalmente esta música comprimida y distorsionada a propósito no necesita unos sistemas de grabación muy sofisticados que reduzcan el ruido y la distorsión, así que los grandes estudios de grabación están cerrando uno detrás de otro. Incluso es posible hacerla con un Macintosh y un micrófono mínimamente decente. Como decía un músico amigo mio, "es música de copiar y pegar. Ponemos cinco notas, un ritmo, copiamos y pegamos y canción completada".


Deseo con todas mis fuertas que esta solución tenga marcha atrás, pero sinceramente soy algo excéptico al respecto. Es posible que la música se muera como afirma la SGAE y asociados, pero a lo mejor no es por las descargas gratuitas (lo de ilegales o legales lo dejo para los jueces), sino por su pérdida de calidad.




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2 comentarios:

Marcos dijo...

Nano, me he comprado al final los Etymotic hf5 por recomendación tuya y sólo puedo decir: muchas gracias.

Fernando García dijo...

Me alegro de que mi recomendación haya sido buena. Seguiré posteando mis gadgets preferidos por si es de utilidad para alguien.